lunes, 11 de mayo de 2009

Bebés prematuros.



Enfermedades broncopulmonares en bebés prematuros.

En México aproximadamente el 10 por ciento de los niños nacidos vivos son prematuros, y son bebés que generalmente nacen alrededor de las 37 semanas de gestación. A su vez, la mortalidad de los llamados niños prematuros extremos, aquellos que al nacer pesan menos de un kilogramo, es de alrededor del 40 por ciento. Si bien el porcentaje es alto, ha disminuido sustancialmente gracias a la aplicación de nuevas técnicas, ya que hasta hace relativamente poco tiempo la mortalidad de los neonatos prematuros era del cien por ciento.
Actualmente los neonatos con un peso de entre mil 200 y mil 500 gramos logran sobrevivir con un cuidado adecuado en incubadora. Pero los bebés con un peso de 600 a 700 gramos necesitan además de un ventilador artificial para poder sobrevivir.
Son muchas las causas que se relacionan con el parto prematuro, y entre las más importantes figuran la infección materna de vías urinarias y la hipertensión. Asimismo, las madres de entre 14 y 16 años también tienen riesgo de partos prematuros.
La doctora Leticia Sollano Carranza, Coordinadora de Investigación del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, señala que los neonatos prematuros con un peso menor a un kilogramo necesitan ventilación asistida para sobrevivir, ya que sus pulmones son inmaduros y por sí solos no pueden realizar la función respiratoria. A pesar de que han mejorado las técnicas de la ventilación mecánica y es ahora menos agresiva, los neonatos sometidos a este procedimiento durante uno o tres meses corren el riesgo de desarrollar enfermedades broncopulmonares.
Ante ello, la doctora Sollano Carranza y sus colaboradores realizaron un estudio para saber por qué los niños desarrollan este padecimiento, y encontraron que la inflamación de sus pulmones se debe al exceso de una sustancia llamada citocina, que producen las células pulmonares al verse agredidas por el ventilador. El nivel de citocina en el paciente les sirve a los médicos para saber el grado de inflamación pulmonar.
Menores de un kilo
Cuando un bebé nace en estas condiciones, inmediatamente los médicos lo revisan para conocer su dificultad respiratoria y le colocan un tubo a través de la tráquea, que se fija con una especie de tela adhesiva para que no se mueva, y se conecta a un ventilador, que hace las veces de los pulmones aún incapaces de realizar la función respiratoria. Mediante un monitor se analizan los signos vitales para determinar la cantidad de oxígeno que el neonato requiere.
Los prematuros de 600 a 700 gramos pueden tolerar el ventilador de siete a 15 días o hasta tres meses, dependiendo del grado de maduración de sus pulmones, explica la pediatra Leticia Sollano, y agrega que el daño a los bebés que duran 24 horas con el aparato generalmente es reversible, a diferencia de los que duran un mes o más, que puede llevarlos a la muerte o a desarrollar recurrentes enfermedades respiratorias durante los tres primeros años de vida. De esta manera, aunque un bebé en estas condiciones haya alcanzado su madurez pulmonar, en ocasiones no es posible quitarle el ventilador debido a su padecimiento bronco pulmonar.
La interlucina 6
Con el apoyo del doctor Eduardo Vancalari, de la Universidad de Miami, la doctora Sollano Carranza y su equipo comenzaron en 1997 a analizar las células de los pulmones para entender las causas del padecimiento a través de marcadores inflamatorios. Se tomaron muestras del líquido pulmonar de 30 niños prematuros a través del tubo se les coloca en la tráquea. Después se aspiraron la células, se centrifugaron e identificaron con marcadores inflamatorios. Asimismo, aplicaron la prueba de Elisa para medir la concentración de diversos tipos de citocinas, como las llamadas interlucinas 1, 6, 8 y 10, para saber qué tan inflamados o lesionados estaban los pulmones.
En la investigación también participan los doctores Felipe Vadillo, del Instituto Nacional de Perinatologia, y Felipe Masso y Luis Felipe Montaño, del Instituto Nacional de Cardiología. Los resultados revelaron que al ser agredidas con los marcadores inflamatorios, las células responden produciendo citocinas, y en el caso de los neonatos estudiados se observaron altos niveles de interlucina 6. Los niños que tenían los índices más elevados de esta sustancia fallecieron y lo que tenían un promedio bajo y medio, sobrevivieron.
Los especialistas observaron que el padecimiento también se relaciona con procesos infecciosos de la mamá, por lo que la siguiente fase de la investigación será estudiar el líquido amniótico y la sangre de cordón umbilical, para ver si efectivamente la infección proviene de la madre.
La neonatóloga Leticia Sollano Carranza destaca que la importancia de conocer las causas de la displasia broncopulmonar recae en que se permitirá prevenir o disminuir el daño pulmonar, ya que en un futuro se podrán desarrollar técnicas y medicamentos que contrarresten la agresión.
"Lo que me parece muy importante es continuar estas investigaciones con bebés prematuros, a los que casi no se les toma en cuenta. En general, se considera más relevante el trasplante del corazón y demás cirugías, y al neonato que pesa 600 gramos no le hacen caso; pero ellos son el futuro de México. Entonces, el reto no es solamente sacarlos vivos, sino sacarlos bien", concluye la especialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario